ELECCIÓN DEL CAMPO DE VUELO
Los helicópteros son un verdadero “imán” para atraer público curioso, interferencias de radio, obstáculos cercanos y también el sol. Todo esto puede sonar extraño y hasta poco creíble, pero es así de cierto y se explica sencillamente.
PÚBLICO CURIOSO: es fácil de entender su presencia, pero además se convierten en más molestos que una mosca, pues no sólo se contentan con mirar; quieren sentarse literalmente dentro del helicóptero; quieren preguntar todo; se colocan delante del piloto cuando vuela; traen con ellos al hijo, sobrino, nieto y demás familiares. Constituyen algo muy molesto y peligroso de manejar. 
INTERFERENCIA DE RADIO: constituyen uno de los fantasmas potencialmente presentes e imposibles de detectar a tiempo, al que hay que saber aceptar como inevitable y combatir con inteligencia. Su aparición puede producirnos desde un simple sacudón esporádico hasta la destrucción total del modelo. Son producidos por equipos electrónicos de cualquier tipo (transmisores de radio y televisión, radioaficionados, torres de aeropuertos, banda ciudadana, teléfonos celulares, juguetes electrónicos, otros aeromodelistas cercanos, etc.) que emitan en nuestra misma frecuencia o sus posibles armónicas. Existen en todos lados, pero en mayor cantidad e intensidad dentro de las grandes ciudades. Afectan a nuestras radios por la intensidad del equipo que utilizan o por la proximidad de una antena emisora.
Es recomendable disminuir esos riesgos alejándose de los centros urbanos, usando una radio de buena calidad, correctamente instalada, los packs de pilas bien cargados, efectuando una prueba de alcance antes de comenzar, y detener la practica de vuelo, ante el primer síntoma de anormalidad electrónica – revisar el equipo y ante la sospecha de una posible interferencia externa, guardar todo y volver a casa - 
OBSTÁCULOS: El novicio, al intentar volar su modelo, está ya suficientemente nervioso y tenso cómo para agregar el tener que cuidarse de evitar obstáculos próximos como paredes, árboles, autos, personas, etc. A nuestros helicópteros les encanta apuntar hacia cualquier obstáculo próximo y dirigirse directamente hacia ellos atraídos por algo especial.
EL SOL: Si algún helicopterista nos afirma que nunca se metió en el sol, nos miente. Nunca se supo por qué los helicópteros sienten tanta “atracción” por el sol; si su piloto no tiene la suficiente habilidad para evitarlo o no tiene experiencia para saber sacarlo, terminará en un increíble ¡CRASH! Por encandilamiento.
CONSEJO 4: Para matar todos estos pájaros de un solo tiro (público, interferencias, obstáculos, sol) muy seriamente se recomienda no intentar en el garaje, ni en la plaza, ni en el jardincito de casa, ni mucho menos en un parque público, el más peligroso de todos ya que reúne todas las contras. Si elegimos unos de los tantos clubes de aeromodelismo que hoy existen, encontraremos espacio, privacidad, control de frecuencia adecuados gente mas experimentada siempre dispuesta a darnos una mano -
CONSEJO 5: Al elegir el lugar y posición del piloto, optemos por las horas del mediodía. Es mejor un día soleado con una leve brisa, con cielo celeste, el sol de espaldas y acompañado por nuestro ayudante.
CONSEJO 6: Los grupos de helicopterista que se encuentran en las proximidades suelen ser, en algunos casos negativos pues pueden predisponerse, a título de diversión, a espiar qué hacen los otros, riéndose de los errores, alentando ruidosamente nuestros progresos y lo que es peor, a pedir a coro la repetición de ocasionales maniobras exitosas, despertando maliciosamente el ego personal y el espíritu exhibicionista que todos llevamos dentro, con consecuencias generalmente funestas para el alentado. Si tenemos la mala suerte de toparnos con un grupo de este tipo, habrá que ignorarlos o preferentemente elegir un día más tranquilo.
CONSEJO 7: Más de una vez hemos llegado al campo y nos percatamos de haber olvidado el transmisor, la batería, el arrancador o cualquier otro elemento de importancia que nos impide volar. El regreso a casa es inevitable. Para evitar ese bochorno es sugerible hacer una pequeña lista de chequeo y usarla. De ser posible reunir todo en una sola caja ya que llevar varios bultos invita al olvido. El contenido de la misma será muy variable según los gustos de cada uno, pero cómo equipo mínimo se deberá incluir, además del helicóptero, sus palas y el transmisor, los elementos para la puesta en marcha, (el clip de bujía, el arrancador y su batería), el combustible y su bomba de carga, algunos repuestos mínimos y las herramientas que usamos durante el armado. Si alguno de estos consejos resulta de utilidad, entonces la finalidad de este artículo estará cumplida y sólo resta desearles éxito en esos primeros intentos.

 

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